Como el transporte público aun no estaba normalizado, decidimos montar un tour privado con un taxista para visitar el barrio de Santa Teresa y acercarnos lo máximo posible al Cristo Redentor, al que no se podía llegar debido a los árboles caídos por el temporal y el cual, de todas formas, no se podía visitar, ya que estaba en reformas.
Primero intentamos ir hacia el Cristo, el taxista nos quería llevar a un mirador muy cercano desde donde se observan unas vistas prácticamente iguales a las que se ven desde el monumento.
Pero apenas comenzamos a subir el cerro para ir al mirador nos encontramos con las carreteras cortadas por árboles y derrumbamientos de tierra. No pudimos llegar.
Desde donde estábamos pudimos observar más o menos de cerca los estragos que el temporal había causado sobre la población más pobre de la ciudad: en las favelas se podían apreciar los destrozos y los derrumbamientos de tierra.
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