jueves, 24 de diciembre de 2009

Nuestro amiguito Tobias (Laguna Nimez, Calafate)






Muy curioso, en la laguna se nos enganchó un perrillo (que bautizamos como Larry-Tobias) que nos acompañó las 2 horas y pico que duró la excursión. Fue una compañía muy agradabe y un poco "gore" también porque pasamos por el cadáver de un flamenco (bastante desagradable) y Tobías para hace la gracia se rebolcó entre los trozos de carne y plumas rosas...
Más tarde, en el hotel, nos explicaron que había muchísimos perros salvajes en el pueblo (algunos que vivían en armonía con la gente y otros salvajes en plan maal) debido a la cantidad de perros pastores de ovejas que se habían quedado sin trabajo.

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